Las necesidades de los menores

La familia debe de cumplir una serie de funciones para el correcto desarrollo del menor, por ello es importante que los profesionales conozcan la evolución básica del niño, al margen de condicionantes culturales, esto supone una ayuda importante a la hora de reconocer cuando un niño está siendo maltratado y cause una situación de desprotección.

La situación de un niño será inadecuada cuando estas necesidades no estén siendo satisfechas por parte de sus propios padres o de los organismos competentes. Una taxonomía de carácter global sobre las necesidades infantiles (físicas, emocionales, cognitivas) nos permitirá definir qué tipo de actuaciones o condiciones aseguran su satisfacción y que situaciones implican un riesgo para el desarrollo del menor.

Clasificación de las necesidades:

Necesidades de

carácter físico- biológico

Alimentación, temperatura, higiene, sueño actividad física, ejercicio y juego, protección de riesgos reales, integridad física, salud.
Necesidades

Cognitivas

Estimulación sensorial, exploración física y social, comprensión de la realidad física y social.
Necesidades

emocionales y sociales

Sociales: seguridad emocional, red de relaciones sociales, participación y autonomía progresivas.

Sexuales: curiosidad, imitación y contacto.

Con el entorno físico y social: protección de riesgos imaginarios, interacción lúdica.

Elaboración propia según clasificación de López y Colbs, 1995.

Observamos que en las necesidades de carácter físico- biológico hacen referencia a las pertenecientes a la subsistencia del menor y un desarrollo del mismo de manera saludable. Son las denominadas básicas, tener una alimentación adecuada, equilibrada, que se cumplan las horas de sueño, higiene de ropa y cuerpo.

Las necesidades cognitivas se refieren a todo aquello relacionado con lo sensorial, la estimulación de los sentidos (visual, táctil, auditivo…), la relación con el entorno físico y social, transmisión de valores, normas, tolerancia hacia a los demás.

En lo referente a las necesidades de tipo emocional y social consiste en las condiciones que deben de darse en los menores para la resolución de conflictos, el apego, la relación con los iguales y la  participación en la sociedad.

Si estas necesidades están cubiertas, el menor se desarrollara adecuadamente. Los “niñ@s sanos” es consecuencia del predominio de experiencias de buen trato que han conocido en su vida. Por lo tanto, el bienestar infantil es producto del buen trato que recibe, y este a su vez es el resultado de las capacidades de los padres para responder adecuadamente a las necesidades de sus hijos.