DÍA INTERNACIONAL DE LA FAMILIA. CULTURA Y FAMILIA.

“Las cosas vivas tienden a unirse, a establecer vínculos, a vivir unas dentro de las otras, a regresar a ordenamientos anteriores, a coexistir cuando es posible. Es el curso del mundo.”
Lewis Tomas.

familia11En nuestra cultura, nos unen los lazos consanguíneos biológicos, y creemos que el matrimonio es la base de la familia, que se sostiene si hay confianza mutua y buena comunicación, y trabajan para sostenerlo y mantienen el tiempo unidos… con el fin último de procrear.
Pero esto no lo dicta la naturaleza humana, no lo llevamos en los genes, no es la única realidad humana, y por lo tanto, no es algo inamovible. Así para conmemorar el día internacional de la familia presentamos otros modelos de familia culturalmente reconocidos como válidos en las sociedades en las que se producen:

familia2Los aborígenes tiwi creen que una mujer puede quedarse embarazada en cualquier momento, sin importar la edad. Esto, junto con su creencia de que ningún niño debería nacer huérfano, crea un sistema en el que todas las mujeres tienen que estar casadas ​​desde recién nacidas, aunque no comienzan a vivir con sus maridos hasta la edad de catorce. Además, las viudas son vueltas a casar con otro hombre, sin importar su edad, y la nueva pareja asume el rol de padre para todos los hijos de la mujer de todos los matrimonios anteriores.

Un grupo de mujeres en Kenia,  creó la aldea de Umoja que significa “la unidad”, en el idioma swahili. Lo que empezó como un grupo de mujeres sin hogar en busca de un lugar donde sentirse protegidas del maltrato, se convirtió en una aldea dirigida completa y exclusivamente por alrededor de 40 mujeres con sus hijos.

Entre los bathonga del sur de Mozambique, toda la vida doméstica de su familia extensa, incluyendo la obtención de esposas, estaba bajo el control de los varones de más edad de la primera generación.

En las familias tradicionales chinas, una pareja de más edad era la que administraba la mano de obra doméstica y los matrimonios. Las mujeres traídas para las esposas de los hijos estaban bajo el control de la suegra, adiestrándola para ser servicial y obediente.

poliandria fraternal indiaEntre los rajputs del norte de la India, al matrimonio se les prohíbe hablar entre sí en presencia de personas mayores, así que sólo pueden conversar por la noche. Y el marido no puede mostrar ningún afecto ni bienestar por la mujer; si se pone enferma, avisará a sus suegros.

Entre los kadar del norte de Nigeria, los casamientos son concertados por los padres cuando son niños, hasta que al llegar a la madurez se van a vivir juntos. Pero durante ese tiempo no es raro que la chica quede embarazada por otro hombre, y ésto no perturbará a nadie: Los kadar no otorgan ningún valor a la castidad premarital. La prole de estos embarazos pasa a formar parte del prometido y es bien recibido como prueba de la fertilidad de la novia.

En las Islas Trobiand,  el padre no comparte ni sustancia ni consanguineidad con sus hijos, y sus hijos le llaman «el marido de mi madre». El padre no llega a conocer a su hijo hasta pasadas seis semanas, pero nunca le será reconocida su paternidad. Y es que los trobiandeses niegan al semen cualquier papel en la procreación: la mujer se queda embarazada cuando un niño-espíritu se introduce, trepando, en su vagina. El padre sólo ensancha el camino.

En algunas poblaciones de África, una pareja estéril puede acordar un pago con una mujer fecunda para que el hombre mantenga relaciones pos parto y se convierta en el padre legal de la criatura.

Otro ejemplo es la población yoruba de Nigeria, las parejas de mujeres practican la procreación asistida para concebir niños que tendrán a una mujer por padre legal y a otra mujer por madre biológica. El niño conoce siempre a sus progenitores biológicos sin causarle ningún conflicto.

La poliginia (el marido con muchas esposas) es una costumbre conocida entre algunas tribus africanas y de los árabes de alto rango, aunque también los mormones relanzaron el viejo hábito hebreo del matrimonio plural. En muchos lugares, esto da pie para conflictos y celos entre las esposas, pero en Botsuana, las mujeres de un mismo marido se ven más como aliadas que como rivales: sin la ayuda de las coesposas, el trabajo doméstico no termina nunca.

familia7La poliandria es admitida por muy pocos pueblos del mundo. Una de ellas es la etnia tibetana denyinbas, en el noroeste de Nepal, donde se registra un curioso caso de matrimonio de una mujer con todos los hermanos de una familia (poliandria fraternal). Si no tiene hijos, una segunda hermana puede unirse al matrimonio. La selección de la esposa la hace el hermano mayor.

Una forma aún más rara es cuando una sociedad permite a la pareja tomar tanto múltiples esposos como esposas. La tribu amazónica Zoe todavía practica este tipo de relaciones y enlaces que combina la poliginia y la poliandria.

Entre los barís de Venezuela, si una mujer embarazada mantiene relaciones con otro hombre, se cree que parte de su sustancia contribuye a la formación del nuevo niño. Aunque al marido se le reconoce como padre primordial, los amantes también tienen responsabilidades paternas. Cuando dan a luz, deben nombrar a todos los amantes por el bien del niño, pues estos padres secundarios le van a suministrar parte de sus recursos, su pesca y su caza.

familia6Entre los barotse de Zambia, según Max Gluckman, «si un hombre muestra devoción por su esposa, se supone que es víctima de brujería»

Entre los fulbes africanos, de Camerún, muchas de sus mujeres niegan cualquier apego hacia el marido.

En la Europa Medieval, el matrimonio era una institución política y económica demasiado trascendente como para dejarla sólo en manos de los dos individuos y se basara en algo tan irracional como el amor. Era una alianza entre grupos que iba más allá de los familiares más cercanos. La dote de la mujer era el mayor ingreso de bienes, tierras o dinero que un hombre iba a recibir durante toda su vida. Pero ésto no significa que las personas no se enamoraran. El adulterio era la forma más elevada de este sentimiento.

Los mosuo de China, o Nas, prescinden del matrimonio y mantienen una total libertad sexual, lo que hace que los niños carezcan de padre y se críen en la casa de linaje de su madre.

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Los dahomey, las mujeres podían casarse con otras mujeres, abonando el precio de la novia, incluso construían una casa para su «esposa» y tomaba las medidas necesarias para que un consorte embarazase a ésta. Pagando por varias de estas «esposas», una mujer ambiciosa podía hacerse con el control de una diligente unidad doméstica y adquirir riqueza y poder.

Entre los kwakiutl, un hombre que desea adquirir los privilegios de un jefe, puede casarse con un heredero varón de éste. Si el jefe no tiene herederos, puede casarse con el lado derecho o izquierdo del jefe, o con una de sus piernas o brazos.

«Uno de los hechos más importantes acerca de las instituciones domésticas humanas es que no existe una sola pauta que sea más «natural» que otra»

    Marvin Harris, antropólogo.